martes, 29 de mayo de 2012

ISLA CLIPPERTON Y MANZANILLO


Centro histórico

Por Víctor Manuel Martínez

USOS Y COSTUMBRES
DE LOS PORTEÑOS

Con nuestro clima costeño y tropical, y con muchas comunidades rurales cercanas al puerto en las que se cultiva la tierra, los manzanillenses somos desde siempre muy fruteros, y sabemos cuando llega la temporada del mango o la de la ciruela.

Pero a los porteños les gusta mucho la fruta verde, casi más que la madura. Ácida y todavía le echan limón y sal. Digo les gusta, porque a mi me gusta la madura, y no entiendo como la gente puede preferir las ciruelas que no están rojas para comer.

La fruta es ideal para nuestro clima, porque es fresca y nos ayuda a reponer líquidos, y como sabemos, la sal fija los líquidos muy bien al organismo, por lo que esa es la razón de que casi no nos comamos la fruta naturalita como viene de la planta, sino que casi forzosamente le agreguemos sal. Hace algunos años llegaron el kiwi y el pérsimo, y se pusieron de moda. Desde Chile, gran productor frutal, llegaron muchas frutas como esta. Luego llegó el carambolo para quedarse, que ya se está sembrando aquí. Más recientemente la yaca.

El pico de gallo se puede encontrar en casi cualquier calle de la ciudad. Con piña, con pepino, sandía, jícama, mango y papaya. Los turistas extranjeros que llegan en cruceros se han sentido atraídos por nuestros coloridos vasitos de fruta picada, con chile, sal y limón, y es común  que los veamos pidiéndolos también. Y con mucho chile en polvo también, porque han de saber que el chile se ha convertido en el condimento de moda en los Estados Unidos.

LOS HIDRANTES DE
LA CALLE MÉXICO

En los años setentas era común ver en algunas esquinas de la Avenida México hidrantes. Eran unos como hongos metálicos, de color bronce, que le llegaban a una persona un poco por debajo de la rodilla, que estaban conectados por debajo del nivel del piso a la red de agua potable, y tenían todo dispuesto para que se les conectaran mangueras. Para el que no sepa de que le estoy hablando, anexo una foto de un hidrante, que quizá a alguien le dé nostalgia.

Se supone que, utilizándolos, se podría apagar algún incendio que sucediera en algún negocio o domicilio de la calle principal de nuestra ciudad y puerto. Eran un remanente de cuando casi todas las casas eran de madera en Manzanillo, pues ya para ese tiempo, los años setentas, quedaban todavía construcciones de este material, pero eran muy pocas.

Uno de los últimos hidrantes que recuerdo se encontraba en la esquina de avenida México con Miguel Galindo, frente al edificio Yahualica; pero casi todas las esquinas de esta calle, del costado más cercano a la Carrillo Puerto, tuvieron en algún momento su hidrante. Por esos tiempos no teníamos en Manzanillo cuerpo de bomberos, que si existió años antes. Actualmente, gracias a las gestiones de un puñado de ciudadanos, entre los que destacó Don Raúl Zuazo Ochoa, hemos vuelto a tener un cuerpo de bomberos, que tiene su cuartel ubicado en el Valle de las Garzas.

ISLA CLIPPERTON
Y MANZANILLO

La isla de Clipperton es una isla que tiene como su punto más cercano en tierra continental a Punta Tejupan, Michoacán, y que ha tenido comunicación con nuestro país a través de Acapulco, Guerrero, y de Manzanillo, Colima. Si fuera una isla mexicana, como justamente debiera de serlo, probablemente, al igual que el Archipiélago de Revillagigedo, le pertenecería a Colima. Pero por una absurdo laudo de arbitraje internacional, le pertenece a Francia, que la administra desde el lejano Tahití en la Polinesia Francesa, pero que en la práctica, desde hace años está abandonada, aunque hay reclamos de nuestro país por recuperarla.

Se trata de un volcán apagado del que emerge del agua apenas el cono, teniendo una laguna de agua salobre en su interior, por lo que se trata de un atolón. Es pequeño, pues tiene tan sólo 6 kilómetros cuadrados. En sus alrededores, así como en los de Revillagigedo, se encuentran las mejores pesquerías de atún del Pacífico, por lo que hacia aquellas zonas se dirigen a hacer sus capturas en muchas ocasiones los barcos atuneros que zarpan desde Manzanillo. La laguna interior se encuentra cerrada desde alrededor de 1910, y por tanto no pueden ingresar a ella los barcos. Ahí llueve más que en ninguna parte del territorio mexicano (aunque hay que recalcar, que ya no pertenece a nuestro país).

En 1705 es visitada por primera vez por el pirata John Clipperton, por quien lleva su nombre hasta la fecha, quien la utilizaba para refugiarse, esperando a los Galeones de Manila o Naos de China para asaltarlos, los cuales habiendo zarpado de Acapulco, muchas veces se abastecían de alimentos frescos como cocos, frutas tropicales y carne de cacería en la desembocadura del río de Salagua, como último punto continental, antes de lanzarse a cruzar el Pacífico, utilizando la corriente del tornaviaje. Oficialmente, sin embargo, es descubierta en 1711 por los franceses, sus propietarios actuales, pues los Capitanes Chassiron y Du Bocage, en sus barcos “Princesa” y “Descubrimiento” llegaron a ella y la llamaron “Isla de la Pasión”, como se llamó durante el tiempo que le perteneció a México. Luego, en 1725 Du Bocage regresó al mando de una expedición científica, quedándose a vivir ahí varios meses.

En 1821, al consumarse la independencia de México, la reclamamos como parte de nuestro territorio. En 1858, la Compañía Minera Estadounidense de Guano reclama que la isla es territorio estadounidense, porque ellos la ocupaban para sacar este recurso, que por cierto, el proveniente de esta isla no se consideró nunca de buena calidad. En se mismo año, Francia reclama la isla para sí, pero no se considera válida, ya que no pusieron pie en la ínsula, sino que hicieran la declaratoria desde a bordo de una barco mercante. De acuerdo a investigaciones publicadas en 1909 por el Chronicle de San Francisco, en 1888, aproximadamente, la isla fue devastada por un maremoto generado por un fuerte temblor de tierra, lo que destruyó la vegetación, otrora abundante. En 1890 se introduce la palma cocotera por parte de los recolectores de guano, quienes también introdujeron cerdos, que se alimentaban de mollos, que se habían convertido en una plaga. 

En 1898, México reafirmó su dominio, poniendo una guarnición militar en ella. En 1897 nuevamente Estados Unidos las anexiona, queriendo explotar el guano. Las constituciones de 1825, 1857 y 1917 incluyen a la isla como mexicana, pero es excluida del texto en 1934. Pues bien, en 1906, por órdenes del presidente Porfirio Díaz, el Capitán Ramón Arnaud se traslada con un puñado de soldados y sus familias como Gobernador de Clipperton. En 1908 lleva a su esposa a vivir allá. Para 1914 empezaron a escasear los alimentos frescos, debido a que, en plena Revolución Mexicana, el buque que les abastecía, el Tampico, que salía de Topolobampo, fue detenido y, tras perseguirlo, hundido frente a Mazatlán, por el Vicente Guerrero, del bando revolucionario, y no pudo llevarles provisiones al resguardo militar de Clipperton.

Antes de esto, cada seis meses se hacía el relevo de provisiones y hombres para la guarnición, algunas veces desde Acapulco, y otras desde Manzanillo. Desde 1906 a 1913, los víveres y provisiones se llevaban a la isla desde Acapulco por parte de buques de guerra mexicanos, principalmente el cañonero “Demócrata”.

En 1913, de acuerdo al geógrafo e ingeniero nval, Capitán Juan de Dios Bonilla, en su libro “Historia Marítima de México”, cuando los cañoneros del Pacífico estaban muy atareados en el transporte de tropas y en la vigilancia de la costa, fue necesario contratar los servicios de un buque mercante, para hacer la comunicación con Clipperton y así fue como se alquiló por la Secretaría de Guerra y Marina de entonces, el vapor nacional “Korrigan II” de la compañía “El Boleo” de Santa Rosalía, Baja California. Dicho buque, de pequeño porte, pues apenas llegaba a doscientas toneladas de arqueo, al mando de su Capitán Don Arturo Morell se puso a la disposición de la Secretaría de Guerra y Marina y se embarcó a su bordo, el destacamento de relevo compuesto de doce hombres con algunas mujeres. El Jefe de Máquinas del buque, antes de salir de Manzanillo, de donde se inició el viaje para Acapulco, se separó del empleo, pues no quiso correr el riesgo de los malos tiempos de la época, en un buque viejo como lo era el “Korrigan II.

Por el entonces ya vivían ahí más de cien personas, pues los colonos habían rescatados a los náufragos de un buque norteamericano que se hundió en las cercanías de la isla. Un barco norteamericano, el Cleveland, fue en ese mismo año de 1914 a rescatar a los suyos, y ofreció a los mexicanos llevarlos al continente, pero Arnaud se negó, pues en ese tiempo México estaba en guerra con ese país, y además, no quería abandonar su puesto y que se perdiera la soberanía de México sobre esa isla. Consideró, para ello, que tenía alimentos suficientes para otros cinco meses. Le dijo a sus compañeros que, el que quisiera, se podía ir, pero todos decidieron quedarse. Pero tras esto, en 1915, ante la falta de alimentos frescos, pues sólo había seis de las nueve palmeras que había plantado en la isla un trabajador de la compañía guanera norteamericana, muchos empezaron a morir por escorbuto. Se racionó el agua de coco, para que sólo pudieran beberlo mujeres y niños.

Ya para entonces había nacido en la isla el primer niño, el hijo del Capitán Arnaud, Ramón Arnaud Jr., y otras dos hermanitas. De los más de 100 habitantes que llegó a tener la colonia, solamente quedaban veintiséis. En 1915 murieron quince personas de golpe por el escorbuto. Un día de 1916, los isleños vieron pasar cerca de su pedazo de tierra un barco, al parecer de bandera norteamericana, y como se encontraban al borde de la locura por el hambre y por la sed, decidió el capitán, en compañía de todos los pocos hombres de la isla que quedaban, lanzarse en una lancha para alcanzar el barco, y lo lograron, pero este cruelmente les negó ayuda. Al ir regresando, chocaron con algo entre el oleaje, y la débil embarcación se volteó, y como el mar estaba lleno de tiburones, estos dieron cuenta de todos.

Sólo quedó el farero, Victoriano Álvarez, un negro, quien se comportó como un sultán con las mujeres, violándolas y matándolas, y finalmente quiso abusar también de la viuda de Arnaud, pero esta lo mató a martillazos en la cabeza, y luego mandó a su hijo, Ramoncito, a traer el aceite de tiburón del faro, para incinerar el cadáver; pero precisamente en ese momento, julio de 1917, el buque Yorktown de la Marina Estadounidense, llegó  a la isla, quien rescató a los sobrevivientes, que eran cuatro mujeres y siete niños, llevándolos a Salina Cruz, Oaxaca, ya que inicialmente los traían a Manzanillo, pero la viuda prefirió allá, porque en esa ciudad tenía familiares.  

Pero, cuando ya iban todos a abandonar la isla, según relata el Almirante Enrique Sangri Namur en uno de sus escritos, el niño Ramón Arnaud Rovira se regresa y arría la bandera mexicana de Clipperton, y se la guarda entre sus ropas, en el pecho. Desde 1909, México y Francia sometieron a arbitrio ante el Vaticano la soberanía de Clipperton, y en 1931, el Rey Víctor Manuel III de Italia falló a favor de Francia. En 1980, el célebre científico y explorador francés Jacques Yves Costeau se puso en contacto con Ramón Arnaud Rovira, hijo del Capitán Arnaud que gobernó aquella isla lejana, para invitarlo a la filmación de un documental sobre, saliendo desde Manzanillo.

"¿En calidad de qué voy a Clipperton?", preguntó Arnaud al ya fallecido capitán Costeau. "Voy allá sólo que se ice la bandera mexicana", sentenció como condición. Su petición no era un simple capricho: su padre había muerto en defensa de la soberanía nacional de aquella isla; además, desde que cumpliera la mayoría de edad, el gobierno galo le ofrecía la ciudadanía francesa, a la que para ellos tenía derecho por nacimiento. Antes de partir hacia la isla, acudieron a comer una tarde los tres en el restaurante El Emperador del Hotel Savoy, de Doña Trini, ubicado por la subida a la parroquia de Guadalupe, por la calle Balbino Dávalos. 63 años después de abandonar Clipperton, el señor Pedro Ramón Arnaud Rovira, abordó un bimotor anfibio en el puerto de Manzanillo, Colima, que cinco horas después lo depositó en su tierra natal, la cual besó al descender del aparato.

En un acto muy emotivo, el capitán Costeau aceptó izar el pabellón tricolor aquel que Arnaud se llevara de niño, en el mismo sitio donde había estado la colonia establecida por el Capitán Arnaud. Luego de recorrer el lugar donde transcurrió su infancia, vestido de guayabera y sombrero de palma para acentuar su nacionalidad, exclamó: "Seguiré siendo un mexicano sin patria chica". En ese tiempo, el periódico El Universal publicó una fotografía de Costeau y Arnaud en Manzanillo, tomada por el también famoso explorador submarino Ramón Bravo, fallecido al igual que los otros dos personajes.

Pedro Arnaud Rovira murió en la Ciudad de México en 1997, a los 88 años de edad. La última bandera que se izó en aquel girón de tierra que siempre reclamaremos, hasta que justamente algún día se nos devuelva, salió de Manzanillo, y esperemos que de este mismo salga aquella que tome posesión nuevamente de Clipperton.

A Manzanillo llegaron, por cierto, varios barcos Korrigan de El Boleo, siendo uno de los más famosos el Korrigan IV, que anduvo por aquí hasta finales de los años 50, un poco antes del ciclón. Por cierto que mucha gente tiene la idea de que esta embarcación, que algunos recuerdan que navegada escorada hacia estibor, se hundió aquí durante el azote del ciclón del 59, cuando en realidad, se hundió a finales de los sesentas frente a la isla de Cerralvo, Baja California Sur. Su base se encontraba en Santa Rosalía, en ese mismo estado, otrora territorio, el cual hacía cabotaje desde Ensenada, La Paz, Vallarta, Manzanillo y, en ocasiones, hasta Salina Cruz. También iba a Estados Unidos y subía hasta Vancouver, Canadá. Era propiedad de la mina de El Boleo, que explotaba allá el mineral de cobre, y sin embargo se estaba mucho tiempo en Manzanillo, donde la gente ya le reconocía. De 550 toneladas, dos palos y tres huinches, 25 metros de largo, muy estrecho, tres bodegas, bandera mexicana, al parecer construido en Alemania, era mandado por el Capitán Edmundo Elizondo “El Cachano”, quien hasta hace poco aun vivía en Guaymas, Sonora, con tripulación compuesta por alrededor de quince marinos, muchos de ellos manzanillenses, en su totalidad fallecidos, entre ellos Jesús Balcázar “El Centavo”, padre del Dr. Edmundo Balcázar, quien murió en cumplimiento de su deber llevando a bordo al capitán de El Cacalilao. De nuestro puerto llevaba madera para reforzar las minas, y traía tabiques desde Estados Unidos. Aunque era de carga, en ocasiones llevaban algún pasajero que pagara su traslado desde Manzanillo  a alguno de los puertos donde hacían sus escalas de cabotaje.

¡Que bonito es Manzanillo!

62 AÑOS DE LA FARMACIA REGIS


Centro histórico

62 AÑOS DE LA
FARMACIA REGIS

Por Víctor Manuel Martínez

La Farmacia Regis es toda una tradición en Manzanillo, no sólo porque existe desde hace sesenta y dos años, convirtiéndose con ello en el negocio de su tipo más antiguo de nuestro municipio, sino porque es el legado de una de las personas más queridas que ha vivido en nuestro puerto, como fue Don Agustín Guijarro.

MODERNO ALQUIMISTA, REMEDIÓ
LOS MALES DE GENERACIONES

El pequeño, que había nacido el 5 de mayo de 1917 en Tomatlán, Jalisco, población de donde era originaria su familia, llegó a nuestro puerto recién cumplidos los ocho años de edad, y se instalaron en el barrio de La Perlita. Su mamá, Doña Elvira, viendo que se necesitaban más entradas económicas para mantener a la familia, llevó al pequeño Agustín con un famoso farmacéutico o boticario de nuestro puerto de ese entonces, que era Don Eliseo Arroyo, el cual lo tomó a su servicio sin chistar en su comercio ubicado sobre la calle principal (la México), dispuesto a enseñarle todos rudimentos de una ciencia que en nuestros días, desafortunadamente casi está extinta.

Estamos hablando de una época en la que casi no había medicina de patente, y las farmacias tenían en su parte de arriba o al fondo –dependiendo el tamaño del negocio- un pequeño laboratorio en el que sus encargados, como alquimistas medievales, se ponían a mezclar sustancias para curar enfermedades como dolores de estómago, de cabeza, de muelas, musculares, de oídos, etc. Para esos males leves, la gente no iba al doctor, sino que acudían con los boticarios.

PREPARÁNDOSE PARA
CUMPLIR SU SUEÑO

Don Eliseo Arroyo era farmacéutico de escuela, y compartió todos sus secretos con su asistente, durante los veinticinco años que lo tuvo a su servicio (De 1925 a 1950). El pequeño Agustín aprendió todo lo que pudo, siempre con la mira de poner su propia farmacia, pues era un sector comercial no saturado, en el que el más aclientado boticario era el popular Don Panchito.

También hizo grandes ahorros, porque era previsor del futuro, de manera que llegó el día que, sabiendo todo lo que había que saber, teniendo ya treinta y tres años, en ese mismo año de 1950 renta un edificio de madera de dos plantas, sobre la misma calle más importante de nuestra ciudad y puerto, a un costado de la escuela Miguel Hidalgo. La parte baja estaba muy surtida de toda clase de medicamentos, mientras que en la parte alta vivía Don Agustín, y ahí mismo preparaba las sustancias que le eran necesarias para calmar las enfermedades de sus clientes.

UN ACTIVO
LOBO DE MAR

Desde muy joven también, al igual que la mayoría de los porteños de la época, había sido muy aficionado a la natación, tanto que, por su gusto y aptitudes, ingresó al legendario equipo de nado llamado “Los Lobos de Mar”, al lado de personajes como el pintor Carlos Escobar León, Raúl Zuazo Ochoa y Chuy Radillo, entre otros. Hacían travesías a la bahía y a veces también iban a Cuyutlán, compitiendo contra el equipo de natación de la capital del estado, relación que dio como fruto una gran amistad con el famoso cineasta y caricaturista Alberto Isaac, quien siempre que venía a Manzanillo lo visitaba o lo invitaba a comer.

Formó una familia con cuatro hijos, al lado de su esposa Amalia Rentería Núñez. De ellos, sólo Agustín Jr. se interesó en seguir sus pasos, y aprendió todos los rudimentos del oficio, por lo que continúa al frente del negocio hasta nuestros días. Don Agustín fue fundador del Club de Leones, presidente de la Cámara de Comercio y también estuvo en el Club 20-30. Por su fama y el cariño que la gente le tenía, varias ocasiones fue invitado a participar en política, pero esta fue una actividad que nunca le gustó.

LABORATORIO FOTOGRÁFICO
DAÑADO POR EL CICLÓN DEL 59

Volviendo a su farmacia, esta desde un principio se llamó Regis. Ahí estuvo muy tranquilo hasta el año de 1959, año que es un parte aguas para nuestro Manzanillo. Hay que decir que Don Agustín tenía una afición muy particular, que no compartía casi con nadie, que era la fotografía, tanto que tenía un pequeño laboratorio de revelado, y gustaba de comprar las cámaras fotográficas de mayor calidad que salían al mercado por aquellos años cincuentas.

Pues bien, en la parte superior del edificio tenía un cuarto donde guardaba todo lo necesario para su hobbie, y también guardaba muchas fotografías que había venido tomando desde muy chico. Cuando el ciclón, no tuvo mayores daños en su negocio, en sus productos, ni en la integridad física propia ni de su familia, pero sí perdió casi todo su material fotográfico, tanto imágenes, como cámaras y materiales y equipo necesario para el revelado de sus fotos, lo cual le dio mucho coraje, y considerando que aquel no era un lugar seguro, porque al parecer bajaba un arroyo del cerro por su casa, decidió mudarse, pues estaba seguro de que, por la atención esmerada que brindaba, su clientela no lo abandonaría, sino que lo acompañaría a donde quiera que se mudara.

LA MODERNA FARMACIA
REGIS, EN LA CALLE ALLENDE

De manera que se cambió a Allende 31, sitio dentro del mismo centro histórico, a media cuadra de la calle México, frente a la ya desaparecida Casa de Huéspedes Perlita, sitio en donde se encuentra el legendario negocio hasta el día de hoy.

Poco a poco, la medicina de patente le fue ganando terreno a los medicamentos preparados por el avezado farmacéutico. Llegó el momento en que lo único que se preparaba eran algunas pomadas, mediante el uso de fórmulas magistrales. Hasta el día de hoy, su hijo continúa preparándolas cuando le son requeridas.

LOS HOMENAJES Y
EL CARIÑO DE LA GENTE

Al cumplir cincuenta años como farmacéutico, la Asociación de Farmacéuticos de Colima, de la cual era miembro distinguido, le hizo un homenaje. Tomó muchos cursos, leía mucho y se actualizaba sobre los nuevos tratamientos y medicinas. Era un boticario con reconocimiento oficial. Poco después, aquí en Manzanillo un locutor muy reconocido le hizo un homenaje en un programa radiofónico.

VENADO, GALLINAS,
FRUTAS Y VERDURAS

Se distinguía Don Agustín porque siempre estaba dispuesto a explicar como se tenía que tomar cada medicamento que vendía, siempre de la manera más atenta, aunque tuviera que reiterar la explicación varias veces, de manera que las personas de las rancherías cercanas a nuestro puerto, siempre acudían a comprar lo que necesitaban con él.

Cuando el cliente era muy pobre, Don Agustín le fiaba sin ningún papel de por medio, aunque fuera medicamento caro, y la gente correspondía a su confianza pagándole, a veces en abonos. En su casa, por esa razón, siempre le llevaban regalos de rejas de frutas, verduras, carne de venado, gallinas y muchas otras cosas, como señal de agradecimiento.

AMIGO DE PERSONAJES POPULARES
Y PRESIDENTES MUNICIPALES

Entre las amistades que más cultivó estaban Don Panchito, Don Ramón (el de la Farmacia América), el Dr. San Vicente, el Dr. Martínez, el Dr. Navarro, el Dr. Abad, Héctor Cham, Manuel Lam, Ernesto Béjar (del Bar Social), Ramón Navarro (de Los Equipales) Carlos Ceballos, Paco Morales, y expresidentes municipales como Felipe Guzmán, Javier Mata, Aquileo Díaz; todos ellos iban a comprar con él.

Don Agustín fue un autodidáctica de la farmacéutica, ya que solamente cursó la escuela primaria, debido a que, como ya dijimos, tuvo que trabajar desde muy chico, para contribuir al sustento familiar. Desde 1992, el responsable oficial de la Farmacia Regis es su hijo Agustín, el cual nació en 1971.

UN PERSONAJE
INOLVIDABLE

En el año de 1977, Don Agustín empezó a mostrar fuertes síntomas del Mal de Parkinson, por lo que poco tuvo que ir dejando la atención de su negocio  a su hijo, para dedicarse a descansar. Murió el 20 de abril de 1992, pero los manzanillenses que lo conocieron aún no lo olvidan, y para evitar que se les olvide, ahí está la Farmacia Regis.


ABOGADOS PRÁCTICOS Y FORÁNEOS


Centro histórico

LA ABOGACÍA
EN MANZANILLO

Por Víctor Manuel Martínez

Si hay alguien que conoce de la historia de las leyes en nuestro puerto, como uno de los primeros abogados locales que tuvimos en Manzanillo, es el Maestro en Ciencias Penales Lic. José Wenceslao Cisneros Amaya, quien accedió a contarnos sobre el desarrollo de su profesión en nuestro suelo.

ABOGADOS PRÁCTICOS
Y FORÁNEOS

Comenta que en la primera mitad del siglo pasado, nuestro puerto solamente contaba con instrucción académica hasta la primaria, por lo que era muy difícil que alguien estudiara más allá de eso, a menos que tuviera un fuerte apoyo económico y el respaldo de algún familiar en una ciudad grande del país donde se pudieran estudiar grados superiores, y es por lo que había muy pocos profesionistas oriundos, y en cambio, mucha gente práctica.

De manera que los primeros abogados que ejerciera en Manzanillo fueron personas venidas de Guadalajara o la Ciudad de México, que se sumaban a los prácticos locales. Por esos tiempos, se eternizó como agente del ministerio público el señor Juan Villaseñor, que no tenía estudios, si acaso algún leve conocimiento en las leyes de nuestro sistema judicial; pero por entonces no se exigía que quienes ocupaban ese cargo fueran abogados titulados.

LEPE SAUCEDO E
ISMAEL SANTANA

El abogado titulado dominante de esos primeros años, llegado desde luego de fuera, fue el Lic. Eduardo Lepe Saucedo, quien años después, cuando ya empezaba a haber un grupo un poco nutrido de jurisconsultos, se convirtió en el primer presidente de la Barra de Abogados de Manzanillo.

Cuando por fin hubo ya una escuela secundaria en nuestro puerto, se consideró un gran avance, y esto abrió más oportunidades de progresar en los estudios a los manzanillenses; aunque aun entonces, para tener estudios superiores había que salir del terruño, y pasar penurias para así lograr concluir una carrera profesional. Lo que abundaba eran maestros y médicos.

GARCÍA FRANCO Y
LOS PRIMEROS JUECES

El Lic. Lepe Saucedo se quedó toda su vida aquí, y formó una familia que ya es cien por ciento manzanillense. Otro abogado que destacó en esa primera etapa, en que dominaban los que venían de otros estados, también fuereño y que se quedó a vivir aquí, fue el Lic. Ismael Santana. Los jueces todos eran mandados de Guadalajara, de la Ciudad de México, y si bien nos iba, de la capital del estado, y no duraban mucho, de manera que no fueron reconocidos ni son muy recordados. Luego destacó la figura del Lic. Alfonso García Franco, que fue también notario público, y muy afamado y reconocido.

Todos los trámites jurídicos se hacían en esa época dentro del mismo edificio de la presidencia municipal, donde se concentraban todas las oficinas de gobierno de los tres niveles que habían en Manzanillo, a pesar de lo reducido de las instalaciones. Primero fue en el local que funcionó por alrededor de dos décadas en la calle México, entre la escuela Hidalgo y la Casa Colorada, y luego en el actual edificio en Juárez número 100.

PRIMERAS GENERACIONES
MASIVAS DE ABOGADOS

En mi generación, fui el único abogado de Manzanillo. Fueron llegando más abogados, como Raúl Gordillo, Manuel Gasca Guerrero y Jorge Armando Gaitán Gudiño, y luego, ya después de mi, casi al mismo tiempo, egresó Jesús Rentería Núñez, y ya después Marcos Virgen y otros, en cascada.

Los procedimientos judiciales en nuestro país, son los mismos desde 1940, y apenas se va a dar un cambio significativo con la próxima entrada en vigor del juicio acusatorio, oral y público, lo cual será un gran avance. Sin embargo, es triste y vergonzoso señalar que por negligencia, Colima, junto a Nayarit y el Distrito Federal, son las entidades más atrasadas en los preparativos para hacer la transición, pues ni siquiera se cuenta todavía con las salas de audiencia modernas, acordes al nuevo sistema a implementarse.

UNA PROFESIÓN
POLÉMICA

Los abogados en nuestro municipio en particular, y en nuestro estado en general, no se encuentran preparados para el juicio oral, y a pesar de que ha habido algunos cursos, no es suficiente. La única sala de audiencias para juicios orales le pertenece a la Universidad de Colima, pero está dentro de sus instalaciones, y por lo tanto, no puede utilizarse públicamente, de manera que se deben ya de construir las salas tan necesarias y urgentes. Ya debieran existir.

La abogacía es una profesión que damos muchas satisfacciones a quien la ejerce, pero también hay que decir que en ocasiones es ingrata y no bien apreciada por la gente, ya que nos dedicamos a resolver conflictos entre dos partes, y por lo tanto, siempre quedamos mal con una de las dos partes, y en algunas ocasiones, incluso con las dos partes. A eso hay que agregar la triste realidad de que hay muchos abogados que son mentirosos y que piden mucho dinero de manera innecesaria, por lo que, para que cambie la imagen de los abogados, debemos de ser honestos y transparentes.

En mi caso, como experto, al ser Maestro en Ciencias Penales, soy requerido con frecuencia para casos muy difíciles, entre ellos los referentes al crimen organizado, y esto me ha valido que me hayan etiquetado como parte de este bajo mundo; pero yo, al igual que todos mis compañeros de oficio, nos dedicamos a defender a quienes piden nuestros servicios.

EL PRINCIPIO UNIVERSAL DE
INOCENCIA Y LA TORTURA

Es necesario que se aplique en nuestro país el principio universal de inocencia, es decir, que “toda persona es inocente hasta que no le demuestre lo contrario”, porque por mucho tiempo se siguió la máxima en nuestro país de que “la comisión del delito se presume hasta no haber prueba en contrario”, contraponiéndose esto con el principio universal citado primeramente.

En cuanto a la tortura, antes era muy frecuente que se aplicara aquí en nuestro puerto, como en el resto del país, pero ahora ya es menos frecuente, porque las leyes han cambiado, y ahora la confesión no es la “prueba reina” como antaño. Por esto, pues, la tortura ha disminuido, aunque es innegable que los policías siguen aplicándola principalmente en los casos de violación y secuestro.

PENA DE MUERTE Y
CADENA PERPETUA

Yo creo que en nuestro país las penas está muy bien, y no ocupan endurecerse, porque ya se han endurecido lo necesario. En Malasia, por ejemplo, se ejerce un derecho muy inferior al de nuestro país, porque allá, al igual que todavía en muchos países, se ejerce la venganza pública, que no da lugar a rehabilitación ni readaptación del individuo que delinque. De manera que penas como el ahorcamiento están consideradas dentro del derecho como penas infames, y por lo tanto, indebidas.

En nuestro país se está caminando hacia la cadena perpetua, que es mejor que la pena de muerte. En el estado de Chihuahua ya se aplica la cadena perpetua a los secuestradores, y es muy positivo, porque la pena de muerte no es resarcible, y la cadena perpetua sí. Es decir que, si alguien es declarado culpable, y con los años aparece la evidencia de que era inocente, en el primer caso ya no se puede enmendar el error cometido; pero en el segundo sí.

ABOGADOS DE FIN DE SEMANA
Y UNA CARRERA SATURADA

Las nuevas instalaciones que tenemos en el CERESO, en Chandiablo, son ya muy anticuadas, y necesitan irse adaptando a los juicios orales de inmediato, que haya lugar para el público y la prensa, porque el atraso en que estamos en relación a la mayoría de las entidades del país, es lamentable.

La carrera de abogado ya está muy saturada, porque abundan las escuelas, y los egresados no salen bien preparados, y más en los casos en que las clases sólo se dan los fines de semana. Esta carrera no es un juego, pues de esta manera –estudiando sólo los sábados-, estas personas salen sólo sabiendo cobrar.

UNA ANÉCDOTA
CHUSCA

Finalmente, el Lic. Cisneros nos compartió una anécdota chusca de su larga andadura en el litigar. Recuerda que, durante el caso de la detención de la tripulación del Córdova con cocaína, tripulación de la que llevó la defensa, llegaron los agentes de la policía judicial federal, encabezados por un comandante de la Ciudad de México, quien formó a los tripulantes del barco, y empezó preguntándole al primero: ¿Usted de donde es? y él contestó: De Mazatlán. Ah, dijo el comandante- usted es pariente de El Cochiloco. Y este respondió: No señor, soy de Mazatlán, pero no soy su pariente, ni lo conozco; en Mazatlán vive mucha gente.

Viendo que no podía sacarle nada al primero, el inculto e inepto funcionario siguió con el segundo tripulante, y le espetó en alta voz: Ah, ya lo recuerdo a usted (después de haberle preguntado el nombre). A usted hace algunos años lo agarraron en un barco atracado en el mar en la costa de Bolivia, ¿verdad? Y el señalado respondió: Pero, señor, ¿qué no sabe usted que en Bolivia no hay mar?








miércoles, 23 de mayo de 2012

LOS WOODWARD, UNA FAMILIA ENAMORADA DEL MAR


Centro Histórico

LOS WOODWARD, UNA
FAMILIA ENAMORADA DEL MAR

Víctor Manuel Martínez

Platicamos con uno de los miembros de una de las familias más destacadas y conocidas de nuestro puerto, el Capitán de Altura José Luis Woodward Rojas, quien accedió a contarnos un poco de la amplia historia de su familia.

UN INGENIERO LLEGADO
DE INGLATERRA A OAXACA

Empezó diciéndonos que el origen del apellido paterno es inglés, y que se remontan a su bisabuelo William John Woodward, el cual vivió y murió en Inglaterra durante el siglo XIX. El tuvo a un hijo de nombre William Woodward, quien estudió ingeniería civil, y siendo muy capaz en su profesión, fue traído pr el gobierno mexicano, para encargarse de unas obras de modernización que se estaban haciendo en el estado de Oaxaca.

Hay que recordar que en ese tiempo nuestro país intentaba modernizarse a la par que las naciones más avanzadas del mundo, como su vecino del norte, la Unión Americana. William Woodward llega a México antes del gobierno de Porfirio Díaz. Mientras hace su trabajo, conoce a una mexicana de la que se enamora, Josefina Téllez Gil. Se casan en la capital de aquel estado del sureste, y él adopta el nombre mexicano de Guillermo, equivalente a su natal William.

POLICÍA Y ACTOR DE CINE
EN LA CIUDAD DE MÉXICO

En esa misma ciudad en el año de 1905 nace su hijo Alfredo Woodward Téllez. En ese mismo año, pero en el puerto de Veracruz, nace Concepción María Rojas. Ambos se casan en la Ciudad de México, donde viven varios años, ya que ahí estaban las oficinas centrales del negocio del padre de Concepción, donde ambos laboraban. Don Alfredo Woodward Téllez tiene varios oficios, entre ellos el de policía y actor de cine.

El abuelo de la señora Concepción María Rojas, Alberto P. Rojas tenía una agencia de buques y patente de agente aduanal, operando en el puerto de Veracruz, y también lo hacía en el puerto de Manzanillo, esto en los primeros años del siglo pasado. En Manzanillo, su agencia con razón social Alberto P. Rojas hacía alijos de barcos, y hay documentación de algunos chalanes o barcazas, por medio de las cuales trabajan con los barcos, porque en esos tiempos todavía no había muelles.

TRANSMARÍTIMA,
CONCESIONARIA DE PEMEX

Por esa razón es que los Woodward Téllez vinieron a vivir en Manzanillo. Sus seis hijos nacieron en nuestro puerto, el mayor recién nacido, luego Ana Rosa, después Alfredo, Guillermo, Concepción y José Luis. Conchita murió a los dice años, debido a que, cuando vivían en la calle Carrillo Puerto, ella se picó una muela con un alfiler, y contrajo tétanos, y por aquellos años mucha gente moría de esa enfermedad en Manzanillo, porque no se conseguían rápido las vacunas.

Don Alfredo sacó su propia patente de agente aduanal, y no trabajó con la de su suegro. Doña Concepción manejaba la agencia de buques. Ella trabajaba en la agencia consignataria de buques Transmarítima, de la que eran socios sus hijos José Luis y Guillermo. Daban servicio principalmente a los buques petroleros. Todavía hasta hace algunos años, en el edificio Macchetto, donde vivieron por años los Woodward, quedaba una placa de bronce que rezaba la siguiente leyenda: “Transmarítima S.R.L. Agencia Consignataria de Petróleos Mexicanos desde 1938”. Poco a poco la agencia fue teniendo cada vez más trabajo, de modo que cuando Doña Conchita murió, quedó al frente de ella su hijo Guillermo Woodward Rojas, quien al poco tiempo la líquido, pues era lo más conveniente.

DE LA PESCA
A LA POLÍTICA

Sin dejar nunca de ser agente aduanal ni su naviera, Don Alfredo Woodward Téllez trabajó mucho en la pesca comercial, siendo pionero en esta actividad, trabajando como tiburonero, camaronero, en la pesca de escama y de caguama. Inició a muchos porteños en el oficio de pescador, enseñándoles los rudimentos, a navegar y les apoyó económicamente en la medida que le fue posible, por lo que muchas familias de viejos pescadores todavía lo recuerdan con cariño. En los tiempos de la segunda guerra mundial, mandaba a los Estados Unidos tiburón para diferentes fines que tenían mucha demanda en ese entonces.

A partir de 1940 empezó a meterse en el ámbito político, porque tenía muchas amistades y contactos a todo nivel, porque su carácter sencillo, amable y culto, ya que, aunque sólo había cursado la primaria, le encantaba leer cuanto material escrito y libros podía. En el año de 1951 es electo presidente municipal de Manzanillo, para el período 51-54.

ESTRENANDO EL NUEVO
PALACIO MUNICIPAL

En ese tiempo hizo una visita al puerto el presidente de la república Adolfo Ruiz Cortines. Resulta que se acababa de terminar la construcción del nuevo edificio de la presidencia municipal de Manzanillo, que es el mismo que funciona hasta la actualidad, pero Don Alfredo seguía despachando en el edificio de la presidencia municipal ubicado sobre la calle México, entre Tacho Muñoz y los Lao.

Ruiz Cortines le pregunta porque no se ha mudado al nuevo edificio y el alcalde le contesta que es porque no se lo ha entregado al municipio la junta general de mejoras materiales. El presidente le contesta: “¿Pues quien es el que manda aquí? ¿Quién es el alcalde?” “Pues yo, señor”. “Pues entonces métase y ya”. Y al otro día desde muy temprano, Don Alfredo Woodward Téllez entró a despachar al edificio, y fue el primer alcalde que gobernó desde ahí en la historia de Manzanillo.

UN VERDADERO
HONORABLE AYUNTAMIENTO

Por aquel tiempo Manzanillo tenía alrededor de 15 mil habitantes. El gobierno municipal casi no hacía ninguna obra, pues el dinero que se manejaba era muy poco, y quien se hacía cargo de las obras en el puerto era la junta de mejoras materiales. Se decía Honorable Ayuntamiento, porque el cargo de presidente municipal se consideraba en verdad honorario, ya que su papá no tenía sueldo como alcalde; no cobraba nada.

Otros funcionarios municipales sí tenían salario, pero no el alcalde, que en cambio, al igual que su familia, tenía muchas canonjías, como el hecho de que todos podían entrar al cine gratis. Tenía otras muchas prerrogativas, pero Don Alfredo siempre trataba de no abusar. En el año de 1954 fue diputado local, y después de esto se enfocó más a su gran pasión, el mar.

CONOCEDOR EMPÍRICO DE CARTAS DE NAVEGACIÓN,
COMPÁS, SEXTANTE Y POSICIÓN DE LAS ESTRELLAS

Desde un principio, como fundador, participó en Torneo de Pesca de Pez Vela, que en sus primeros años se llama Dorsey, en honor del norteamericano que lo promovió. Por ese tiempo, la empresa Servicios Marítimos compró el buque Sinaloa, que en ese momento se convirtió en el barco más grande en México, y fueron a traerlo hasta Nueva Orleans, y quien se lo trajo como timonel fue Alfredo Woodward Téllez, formando parte de la primera tripulación de esa legendaria embarcación, que se hundió durante el ciclón de 1959.

Como navegante era completamente empírico, pero cualquiera hubiera podido equivocarse, y pensar que era egresado de la escuela náutica, ya que sabía leer las cartas de navegación, conocía el compás, el sextante y podía guiarse por la posición de las estrellas en el firmamento. Su hijo, Capitán de Altura egresado de la Náutica de Veracruz, podía hablar de cualquier tema marino con su papá, y hablaban el mismo idioma.

LAS HAZAÑAS DEL
“DON QUIJOTE”

Tuvo varios barcos de pesca comercial –nunca uno propio de deportiva-, de los que, el más famoso fue el Don Quijote, que era un pequeño barquito, más bien una lancha, el cual utilizaba lo mismo para la pesca que para hacer cabotaje, ya que tenía una concesión especial para realizar esta actividad por parte de la Secretaría de Marina.

Fue comisionado para realizar en esta pequeña embarcación comunicación de todos los faros de la costa desde Jalisco  hasta Michoacán, e incluso hasta el primero de los de Guerrero. Estos faros se encontraban en la orilla, y no tenían acceso por vía terrestre, de manera que la única comunicación era por medio de la lancha de Don Alfredo. Les llevaba gas para los faros, provisiones, mercancías, hizo de partero, trasladó nuevos fareros, trasladó familias de fareros, cada cierto tiempo hacía el recorrido por los faros de la región. También llegaba a los pueblitos de la costa, llevándoles mercancía que le pagaban con productos del campo, como copra, ajonjolí, maíz, gallinas y puercos.

DURANTE EL
CICLÓN DE 1959

El Don Quijote era de treinta y ocho pies y con capacidad de diez toneladas. Era cargado en el malecón por parte de los estibadores, y se sumergía mucho con tanto peso de lo que transportaba. Fue la única embarcación que, aparte de El Cacalilao quedó a flote después del embate del ciclón de 1959. Quedó amarrado entre el muelle fiscal y el malecón.

Al otro día a bordo hizo un recorrido por las cercanías de la costa para ver si había náufragos, y se encontraron con un barco que todo mundo creía que se había hundido, que era un atunero norteamericano que decidió salir al mar abierto a capotear el temporal donde fue pescado en la línea roja, y fue zarandeado, perdiendo toda la parte de arriba.

El capitán del atunero decidió donar toda la provisión que llevaba a la población damnificada, quedándose sólo con lo necesario para la travesía de regreso hasta San diego, California, en los Estados Unidos. Don Alfredo ayudó a llevar toda lo donado hasta las bodegas, que eran custodiadas fuertemente por el ejército, ya que ya se habían empezado a dar los saqueos. Esta embarcación, muy modificada, todavía sigue navegando, ahora como embarcación de pesca, después de haber sido vendida.

EL VARADERO
DE WOODWARD

Por cierto que tenía una concesión para atracar en La Playita de En Medio, que era conocido como el embarcadero de Woodward. Ahí se podían varar barcos, y gracias a que era de su propiedad, hacerlo no le costaba dinero. Todo eso se acabó tras del ciclón. El último barco que se varó ahí fue el remolcador Escorpión, de madera, el cual quedó medio quemado a poca distancia de la orilla, por lo que los vecinos de ese barrio lo utilizaban para echarse clavados desde arriba.

Su hijo José Luis heredó el gusto por el mar y la navegación, y se fue a estudiar tres semestres en la Escuela Naval de Veracruz, y luego terminó la carrera en la Escuela Náutica de Veracruz en el año de 1970. Navegó durante diecisiete años por África, Europa, Asia, toda América, y atravesó el Océano Pacífico, visitando Honolulu, Hawaii.

Fue piloto de puerto en Acapulco, Capitán de Puerto en Zihuatanejo, Puerto Vallarta y Acapulco, luego fue gerente de transbordadores en La Paz y Guaymas, luego en Manzanillo estuvo trabajando en una empresa maniobrista, y fue regidor durante la primera administración de Nabor Ochoa López. Actualmente se dedica a la pesca deportiva.

Otro hijo de Don Alfredo es el reconocido agente aduanal Guillermo Woodward Rojas, y su hijo ya fallecido Alfredo Woodward Rojas, fue candidato a la presidencia municipal y regidor.





lunes, 21 de mayo de 2012

MEMORIAS DE PESCADOR: PEDRO FIGUEROA


Centro histórico

MEMORIAS DE PESCADOR:
PEDRO FIGUEROA

Por Víctor Manuel Martínez

Don Pedro Figueroa Fuentes es alguien que viene de una familia de pescadores, y que ha vivido toda su vida en nuestro puerto. Recuerda que este lugar en sus años más mozos era todo un paraíso, a pesar de tener muchas carencias. Recuerda que no se conocían aquí los juguetes caros, pero abundaban los juguetes con inventiva, como el trompo, la zumba, la ruleta, el caico y muchos otros. Pero las principales diversiones eran la natación y los clavados.

ENTRE MAR
Y LAGUNA

El mar era muy productivo al igual que las lagunas, así en plural. El área pesquera es el origen de mi familia, pues mi padre era de este oficio. Por esos años había un gran movimiento de marinos  mercantes muy representativo, quienes estaban asentados mayormente en los sectores 1 y 2; en los sectores 4 y 5 la mayoría de sus pobladores eran pescadores, y en los 5 y 6 era una mezcla de pescadores y estibadores.

En la laguna de San Pedrito estaba asentada la cooperativa Independencia, con mucho poder económico. la Miguel Hidalgo, por su parte, estaba tanto en el mar como en la laguna; después ellos emigrarían a Sinaloa, convirtiéndose en pescadores de altura, específicamente camaroneros. También hay que señalar destacadamente a la laguna Potrero Grande, en la que había aves de toda clase, nutrias, caimanes, y mucha pesca, tanto de peces como de crustáceos.

La laguna de Cuyutlán era todo un espectáculo, en torno a El Túnel y la compuerta, por lo que se veía una gran cantidad de lucecitas por la noche, de los que se encontraban atarrayando. Eran épocas en  que aun no venía a hacer su gran inversión turística el magnate boliviano Don Atenor Patiño. La gente visitaba mucho entonces Santiago y Salagua, y en especial los manzanillenses gustaban mucho del paseo a La Boquita, en el punto donde desembocaba un arroyo, y la gente se aventaba clavados desde arriba de un árbol.

SUBIENDO AGUA AL
CERRO JUNTO A CHILO

Yo nací en el Sector 5 y ahí me críe y fui creciendo. Mis vecinos eran pescadores y estibadores. En ese cerro no había ni andadores ni agua. Recuerdo que hasta los catorce años, yo acarreaba agua para llenar el depósito que había en mi casa, igual que sucedía en todas las casas de mis vecinos. El agua la traíamos de la planta de luz, que se encontraba ahí por la pilotía. Chilo Lepe que era mi vecino también llevaba agua a su mamá.

Ahí por la planta de luz tenían una gran reserva de agua y permitían que la gente tomara para llevar a su casa. En mi familia éramos doce hermanos. Por ese tiempo era muy común que las familias fueran muy numerosas. Los primeros años escolares los hice en la del Campesino, y concluí la primaria en la Juárez, para luego hacer la secundaria en la 3.

Luego entré a trabajar como telegrafista, y después de un tiempo me fui a trabajar en Telégrafos de México a la capital del país por diez años. En aquellos años, las oficinas de telégrafos en Manzanillo se encontraban dentro del edificio de la presidencia municipal, porque este era un medio de comunicación muy importante por el entonces. Todos los marinos lo utilizaban mucho. Las familias también.

TRAS EL
CICLÓN DEL 59

A partir del ciclón del 59 empezó poco a poco a entrar el agua entubada a los cerros. En la parte baja sí había el servicio, pero en los sectores todavía no. Empezaron poco a poco cada familia a ir subiendo sus propios tubos hasta su casa, de manera que por las subidas se veía una maraña de tubos, a lo que Miguel de la Mora llamaba “El Monumento al Egoísmo”; pero no era así en realidad.

Lo único que se trataba es de que, quien podía, iba metiendo el agua a su casa. Gente lo pagaba, y una vez que ya el tubo estaba habilitado, el gobierno lo conectaba a la red. Las familias tenían que gastar en ochenta o más metros de tubo. En algunos cerros había tanques de agua en la parte alta, pero en el sector en que yo vivía, no había este servicio.

En las vacaciones los chamacos nos íbamos a pescar con nuestros familiares mayores, con nuestros padres o hermanos que se dedicaban al oficio, y nos trepábamos a las canoas de parota de una sola pieza, de las que ya no se usan. Recuerdo que era muy fácil sacar mucho marisco barato, y mucho ni se comía entonces. Ahora hay que ir a los restaurantes y pedirlos a precios muy altos.

Señaló Don Pedro que la escasez de pesca de marisco y pescado que hay en el mar y en la laguna, se debe en buena medida a la utilización de redes de pesca inadecuadas por años, que mata a las especies en la etapa de desarrollo, antes de llegar a la reproducción. Dijo que ahora el mar hay que explotarlo desde la visión del cultivo. Los pescadores ribereños le han dado mucho a Manzanillo, y por eso este gremio debe de ser respetado, ya que últimamente se han visto desplazados y ninguneados, como si no tuvieran ninguna importancia.

¡Que bonito es Manzanillo!

jueves, 17 de mayo de 2012

Desde el malecón, el tren de pasajeros


Desde el malecón

Por Víctor Manuel Martínez

Desde que el tren de pasajeros se fue, cada vez es menor la cantidad de personas que viajan, ya sea por visitar a familiares, por pasear o por asuntos de negocios, sobre todo en el sector de la población más afectado por la crisis económica. La razón que se dio, desde el punto de vista tecnócrata y neoliberal, es que no era negocio, no dejaba ganancias; pero, el servicio de tren de pasaje no fue nunca un gran negocio, sino, más que nada, un servicio. Y así fue desde que el Gral. Porfirio Díaz empezó a impulsarlo en el país. El quería conectar a nuestra república, abarcando a todas las grandes ciudades, entre ellas y enlazándolas con poblaciones pequeñas. El esfuerzo duró años, penetrando los raíles por todo tipo de orografía, incluso en las cordilleras más inhóspitas. Aún entonces no era el único medio de transporte, pues ya había caminos en muy buen estado, y muy temprano las carretas de caballos dieron paso a los fotingos y toda clase de carros antiguos, hoy piezas de colección. Pero el tren se vio como una necesidad. Lugares como nuestro puerto, casi incomunicado en un rincón de la costa, cercado por la laguna y sus riberas pantanosas, tenían muchos problemas hasta que llegó el tren de vía angosta a fines del siglo XIX, y, posteriormente, a principios del siglo pasado, el tren de vía ancha. La carga y el pasaje se complementaban dentro de un mismo convoy, porque no era tanta la mercancía que se movilizaba. Cuando por fin se privatizó Ferrocarriles Nacionales de México, entró Ferromex como concesionaria de las vías en nuestra región, y otras compañías en otras partes del país, y al ser empresas de la iniciativa privada que sólo veían por sus intereses, como es lógico, de inmediato desaparecieron al servicio de pasajeros. Desde ese momento, muchos pueblos y comunidades quedaron incomunicados, y muchas personas que vivían del comercio relacionado a este tren, se quedaron sin una entrada de dinero. Primero, solamente permaneció una línea en el sureste, además del Chihuahua-Pacífico, más por lo turístico que por el servicio. A esto habría que sumar el turístico tequilero, que va hasta la población de Tequila, Jalisco. Finalmente, sólo quedó el ChePe. Apenas hace unos pocos años regresó el tren al área suburbana del Valle de México. Pero, es una necesidad muy clara el contar con un servicio pasajero de bajo costo para nuestro país, ya que, lamentablemente, hay que decirlo, somos un país empobrecido por la crisis. En Argentina, Chile y Perú, el tren de pasajeros cumple un servicio muy importante para la sociedad, y es muy solicitado, sobre todo por las personas de escasos recursos, además de que permite acceder a zonas remotas a ambos lados de la cordillera andina. En Estados Unidos y Canadá cada vez hay trenes más rápidos y modernos, mientras que el servicio de transportes urbanos está presente casi en cada ciudad importante. En Europa es toda una tradición, con carros muy elegantes. En Asia son ultra rápidos. Continúan trenes muy tradicionales en funcionamiento, como el Orient Express y el Transiberiano, con todos sus ramales, el cual cruza nada menos que ocho husos horarios, atravesando toda Rusia y pasando por Mongolia y China, hasta llegar a las costas del Pacífico en el Mar de Japón. Lo mismo pasa en Australia. En todo el mundo hay un repunte de trenes turísticos. Entre tanto, en México, no hay tramos de vías nuevos, sino los mismos casi desde los tiempos del porfiriato, y en algunos casos incluso trazos férreos completos, bastante extensos, han desaparecido, o han quedado como curiosidades históricas. Esperemos que el próximo gobierno se preocupe por regresarnos este importante servicio, ya que para muchas personas, pagar un viaje en autobús a grandes distancias es muy difícil, casi imposible, y hacerlo en avión, prohibitivo.




Desde el malecón. Tener acceso a la red mundial


Desde el malecón

Por Vic Mc

Manzanillo es el primer puerto del país. Con una dualidad inusitada portuaria y turística. Con industrias, mineras, marinas, hoteles y una infraestructura urbana en crecimiento y desarrollo. Con una gran aportación a la federación por sus logros en comercio internacional. Somos una ciudad moderna, donde todos le hemos tenido que entrar a esa modernidad, y los chavos más. Las carreras que se implementan en las diversas facultades diseminadas por nuestra geografía, reflejan los intereses en las actividades en expansión en Manzanillo. Ante esta realidad, creo que debemos de contar con cobertura total de internet. Con tantas empresas globales y nacionales con intereses aquí, y con tantos escolares preparándose para cubrir los huecos que se requieren para continuar con el progreso, y ante la inminencia de un crecimiento todavía mayor por la ampliación del puerto hacia su parte norte, y, sobre todo, por la apertura del segundo puerto interior, es un requerimiento casi al nivel de exigencia. Cobertura total de internet. Sabemos que hay dos o tres comunidades sustentables en nuestro país, muy pequeñas por cierto, como la de Nuevo Juan del Grijalva, que tienen esta cobertura generalizada; pero si hay una gestión adecuada de nuestras autoridades, Manzanillo debe tener este servicio, al igual que lo tienen algunas ciudades de los Estados Unidos y Canadá. Muchos trámites y negocios se tiene que hacer en muchas ocasiones desde computadoras portátiles, a bordo de automóviles que se desplazan por la carretera con directivos de empresas a bordo, y sería una ayuda enorme el tener acceso a la red mundial de la información desde cualquier zona del municipio. Creo que lo merecemos, pues mientras este año la enorme mayoría de los puertos del país han ido dramáticamente a la baja en sus operaciones comerciales, mientras que Manzanillo saca la cara por todos ellos, manteniendo un crecimiento constante, permanente y con visos de crecer exponencialmente todavía más. Creo que tenemos cifras que avalan nuestro éxito como puerto mexicano como para solicitar esta prestación que beneficiaría a toda la sociedad. Yo no voy a decirles como tienen que hacerle, ante quienes tienen que acudir, que gestiones hacer y botones pulsar, pero dejo aquí la inquietud, sabiendo que es algo justo y necesario. Le damos mucho a México, y tenemos derecho a cambio a pedir también mucho. De esto se beneficiarían los estudiantes, las oficinas de gobierno de los tres niveles, el empresariado, las organizaciones de asistencia, el puerto mismo y, en general, toda la ciudadanía. Es decir, no sería un beneficio para la población, y para el puerto no. No sería un beneficio para las oficinas del gobierno municipal y para las oficinas federales y estatales asentadas aquí no. Sería para todos por parejo. Ahí dejo la inquietud. Ya debemos de entender que somos un puerto de primer mundo, y que, como tal, debemos de contar con servicios de primer mundo.