martes, 29 de mayo de 2012

ABOGADOS PRÁCTICOS Y FORÁNEOS


Centro histórico

LA ABOGACÍA
EN MANZANILLO

Por Víctor Manuel Martínez

Si hay alguien que conoce de la historia de las leyes en nuestro puerto, como uno de los primeros abogados locales que tuvimos en Manzanillo, es el Maestro en Ciencias Penales Lic. José Wenceslao Cisneros Amaya, quien accedió a contarnos sobre el desarrollo de su profesión en nuestro suelo.

ABOGADOS PRÁCTICOS
Y FORÁNEOS

Comenta que en la primera mitad del siglo pasado, nuestro puerto solamente contaba con instrucción académica hasta la primaria, por lo que era muy difícil que alguien estudiara más allá de eso, a menos que tuviera un fuerte apoyo económico y el respaldo de algún familiar en una ciudad grande del país donde se pudieran estudiar grados superiores, y es por lo que había muy pocos profesionistas oriundos, y en cambio, mucha gente práctica.

De manera que los primeros abogados que ejerciera en Manzanillo fueron personas venidas de Guadalajara o la Ciudad de México, que se sumaban a los prácticos locales. Por esos tiempos, se eternizó como agente del ministerio público el señor Juan Villaseñor, que no tenía estudios, si acaso algún leve conocimiento en las leyes de nuestro sistema judicial; pero por entonces no se exigía que quienes ocupaban ese cargo fueran abogados titulados.

LEPE SAUCEDO E
ISMAEL SANTANA

El abogado titulado dominante de esos primeros años, llegado desde luego de fuera, fue el Lic. Eduardo Lepe Saucedo, quien años después, cuando ya empezaba a haber un grupo un poco nutrido de jurisconsultos, se convirtió en el primer presidente de la Barra de Abogados de Manzanillo.

Cuando por fin hubo ya una escuela secundaria en nuestro puerto, se consideró un gran avance, y esto abrió más oportunidades de progresar en los estudios a los manzanillenses; aunque aun entonces, para tener estudios superiores había que salir del terruño, y pasar penurias para así lograr concluir una carrera profesional. Lo que abundaba eran maestros y médicos.

GARCÍA FRANCO Y
LOS PRIMEROS JUECES

El Lic. Lepe Saucedo se quedó toda su vida aquí, y formó una familia que ya es cien por ciento manzanillense. Otro abogado que destacó en esa primera etapa, en que dominaban los que venían de otros estados, también fuereño y que se quedó a vivir aquí, fue el Lic. Ismael Santana. Los jueces todos eran mandados de Guadalajara, de la Ciudad de México, y si bien nos iba, de la capital del estado, y no duraban mucho, de manera que no fueron reconocidos ni son muy recordados. Luego destacó la figura del Lic. Alfonso García Franco, que fue también notario público, y muy afamado y reconocido.

Todos los trámites jurídicos se hacían en esa época dentro del mismo edificio de la presidencia municipal, donde se concentraban todas las oficinas de gobierno de los tres niveles que habían en Manzanillo, a pesar de lo reducido de las instalaciones. Primero fue en el local que funcionó por alrededor de dos décadas en la calle México, entre la escuela Hidalgo y la Casa Colorada, y luego en el actual edificio en Juárez número 100.

PRIMERAS GENERACIONES
MASIVAS DE ABOGADOS

En mi generación, fui el único abogado de Manzanillo. Fueron llegando más abogados, como Raúl Gordillo, Manuel Gasca Guerrero y Jorge Armando Gaitán Gudiño, y luego, ya después de mi, casi al mismo tiempo, egresó Jesús Rentería Núñez, y ya después Marcos Virgen y otros, en cascada.

Los procedimientos judiciales en nuestro país, son los mismos desde 1940, y apenas se va a dar un cambio significativo con la próxima entrada en vigor del juicio acusatorio, oral y público, lo cual será un gran avance. Sin embargo, es triste y vergonzoso señalar que por negligencia, Colima, junto a Nayarit y el Distrito Federal, son las entidades más atrasadas en los preparativos para hacer la transición, pues ni siquiera se cuenta todavía con las salas de audiencia modernas, acordes al nuevo sistema a implementarse.

UNA PROFESIÓN
POLÉMICA

Los abogados en nuestro municipio en particular, y en nuestro estado en general, no se encuentran preparados para el juicio oral, y a pesar de que ha habido algunos cursos, no es suficiente. La única sala de audiencias para juicios orales le pertenece a la Universidad de Colima, pero está dentro de sus instalaciones, y por lo tanto, no puede utilizarse públicamente, de manera que se deben ya de construir las salas tan necesarias y urgentes. Ya debieran existir.

La abogacía es una profesión que damos muchas satisfacciones a quien la ejerce, pero también hay que decir que en ocasiones es ingrata y no bien apreciada por la gente, ya que nos dedicamos a resolver conflictos entre dos partes, y por lo tanto, siempre quedamos mal con una de las dos partes, y en algunas ocasiones, incluso con las dos partes. A eso hay que agregar la triste realidad de que hay muchos abogados que son mentirosos y que piden mucho dinero de manera innecesaria, por lo que, para que cambie la imagen de los abogados, debemos de ser honestos y transparentes.

En mi caso, como experto, al ser Maestro en Ciencias Penales, soy requerido con frecuencia para casos muy difíciles, entre ellos los referentes al crimen organizado, y esto me ha valido que me hayan etiquetado como parte de este bajo mundo; pero yo, al igual que todos mis compañeros de oficio, nos dedicamos a defender a quienes piden nuestros servicios.

EL PRINCIPIO UNIVERSAL DE
INOCENCIA Y LA TORTURA

Es necesario que se aplique en nuestro país el principio universal de inocencia, es decir, que “toda persona es inocente hasta que no le demuestre lo contrario”, porque por mucho tiempo se siguió la máxima en nuestro país de que “la comisión del delito se presume hasta no haber prueba en contrario”, contraponiéndose esto con el principio universal citado primeramente.

En cuanto a la tortura, antes era muy frecuente que se aplicara aquí en nuestro puerto, como en el resto del país, pero ahora ya es menos frecuente, porque las leyes han cambiado, y ahora la confesión no es la “prueba reina” como antaño. Por esto, pues, la tortura ha disminuido, aunque es innegable que los policías siguen aplicándola principalmente en los casos de violación y secuestro.

PENA DE MUERTE Y
CADENA PERPETUA

Yo creo que en nuestro país las penas está muy bien, y no ocupan endurecerse, porque ya se han endurecido lo necesario. En Malasia, por ejemplo, se ejerce un derecho muy inferior al de nuestro país, porque allá, al igual que todavía en muchos países, se ejerce la venganza pública, que no da lugar a rehabilitación ni readaptación del individuo que delinque. De manera que penas como el ahorcamiento están consideradas dentro del derecho como penas infames, y por lo tanto, indebidas.

En nuestro país se está caminando hacia la cadena perpetua, que es mejor que la pena de muerte. En el estado de Chihuahua ya se aplica la cadena perpetua a los secuestradores, y es muy positivo, porque la pena de muerte no es resarcible, y la cadena perpetua sí. Es decir que, si alguien es declarado culpable, y con los años aparece la evidencia de que era inocente, en el primer caso ya no se puede enmendar el error cometido; pero en el segundo sí.

ABOGADOS DE FIN DE SEMANA
Y UNA CARRERA SATURADA

Las nuevas instalaciones que tenemos en el CERESO, en Chandiablo, son ya muy anticuadas, y necesitan irse adaptando a los juicios orales de inmediato, que haya lugar para el público y la prensa, porque el atraso en que estamos en relación a la mayoría de las entidades del país, es lamentable.

La carrera de abogado ya está muy saturada, porque abundan las escuelas, y los egresados no salen bien preparados, y más en los casos en que las clases sólo se dan los fines de semana. Esta carrera no es un juego, pues de esta manera –estudiando sólo los sábados-, estas personas salen sólo sabiendo cobrar.

UNA ANÉCDOTA
CHUSCA

Finalmente, el Lic. Cisneros nos compartió una anécdota chusca de su larga andadura en el litigar. Recuerda que, durante el caso de la detención de la tripulación del Córdova con cocaína, tripulación de la que llevó la defensa, llegaron los agentes de la policía judicial federal, encabezados por un comandante de la Ciudad de México, quien formó a los tripulantes del barco, y empezó preguntándole al primero: ¿Usted de donde es? y él contestó: De Mazatlán. Ah, dijo el comandante- usted es pariente de El Cochiloco. Y este respondió: No señor, soy de Mazatlán, pero no soy su pariente, ni lo conozco; en Mazatlán vive mucha gente.

Viendo que no podía sacarle nada al primero, el inculto e inepto funcionario siguió con el segundo tripulante, y le espetó en alta voz: Ah, ya lo recuerdo a usted (después de haberle preguntado el nombre). A usted hace algunos años lo agarraron en un barco atracado en el mar en la costa de Bolivia, ¿verdad? Y el señalado respondió: Pero, señor, ¿qué no sabe usted que en Bolivia no hay mar?








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