Centro histórico
LA ABOGACÍA
EN MANZANILLO
Por Víctor Manuel Martínez
Si hay alguien que conoce de la historia
de las leyes en nuestro puerto, como uno de los primeros abogados locales que
tuvimos en Manzanillo, es el Maestro en Ciencias Penales Lic. José Wenceslao
Cisneros Amaya, quien accedió a contarnos sobre el desarrollo de su profesión
en nuestro suelo.
ABOGADOS PRÁCTICOS
Y FORÁNEOS
Comenta que en la primera mitad del
siglo pasado, nuestro puerto solamente contaba con instrucción académica hasta
la primaria, por lo que era muy difícil que alguien estudiara más allá de eso,
a menos que tuviera un fuerte apoyo económico y el respaldo de algún familiar
en una ciudad grande del país donde se pudieran estudiar grados superiores, y
es por lo que había muy pocos profesionistas oriundos, y en cambio, mucha gente
práctica.
De manera que los primeros abogados que
ejerciera en Manzanillo fueron personas venidas de Guadalajara o la Ciudad de
México, que se sumaban a los prácticos locales. Por esos tiempos, se eternizó
como agente del ministerio público el señor Juan Villaseñor, que no tenía
estudios, si acaso algún leve conocimiento en las leyes de nuestro sistema
judicial; pero por entonces no se exigía que quienes ocupaban ese cargo fueran
abogados titulados.
LEPE SAUCEDO E
ISMAEL SANTANA
El abogado titulado dominante de esos
primeros años, llegado desde luego de fuera, fue el Lic. Eduardo Lepe Saucedo,
quien años después, cuando ya empezaba a haber un grupo un poco nutrido de
jurisconsultos, se convirtió en el primer presidente de la Barra de Abogados de
Manzanillo.
Cuando por fin hubo ya una escuela secundaria
en nuestro puerto, se consideró un gran avance, y esto abrió más oportunidades
de progresar en los estudios a los manzanillenses; aunque aun entonces, para
tener estudios superiores había que salir del terruño, y pasar penurias para
así lograr concluir una carrera profesional. Lo que abundaba eran maestros y
médicos.
GARCÍA FRANCO Y
LOS PRIMEROS JUECES
El Lic. Lepe Saucedo se quedó toda su vida
aquí, y formó una familia que ya es cien por ciento manzanillense. Otro abogado
que destacó en esa primera etapa, en que dominaban los que venían de otros
estados, también fuereño y que se quedó a vivir aquí, fue el Lic. Ismael
Santana. Los jueces todos eran mandados de Guadalajara, de la Ciudad de México,
y si bien nos iba, de la capital del estado, y no duraban mucho, de manera que
no fueron reconocidos ni son muy recordados. Luego destacó la figura del Lic.
Alfonso García Franco, que fue también notario público, y muy afamado y
reconocido.
Todos los trámites jurídicos se hacían en
esa época dentro del mismo edificio de la presidencia municipal, donde se
concentraban todas las oficinas de gobierno de los tres niveles que habían en
Manzanillo, a pesar de lo reducido de las instalaciones. Primero fue en el
local que funcionó por alrededor de dos décadas en la calle México, entre la
escuela Hidalgo y la Casa Colorada, y luego en el actual edificio en Juárez
número 100.
PRIMERAS GENERACIONES
MASIVAS DE ABOGADOS
En mi generación, fui el único abogado
de Manzanillo. Fueron llegando más abogados, como Raúl Gordillo, Manuel Gasca
Guerrero y Jorge Armando Gaitán Gudiño, y luego, ya después de mi, casi al
mismo tiempo, egresó Jesús Rentería Núñez, y ya después Marcos Virgen y otros,
en cascada.
Los procedimientos judiciales en nuestro
país, son los mismos desde 1940, y apenas se va a dar un cambio significativo
con la próxima entrada en vigor del juicio acusatorio, oral y público, lo cual
será un gran avance. Sin embargo, es triste y vergonzoso señalar que por
negligencia, Colima, junto a Nayarit y el Distrito Federal, son las entidades
más atrasadas en los preparativos para hacer la transición, pues ni siquiera se
cuenta todavía con las salas de audiencia modernas, acordes al nuevo sistema a
implementarse.
UNA PROFESIÓN
POLÉMICA
Los abogados en nuestro municipio en
particular, y en nuestro estado en general, no se encuentran preparados para el
juicio oral, y a pesar de que ha habido algunos cursos, no es suficiente. La
única sala de audiencias para juicios orales le pertenece a la Universidad de
Colima, pero está dentro de sus instalaciones, y por lo tanto, no puede
utilizarse públicamente, de manera que se deben ya de construir las salas tan
necesarias y urgentes. Ya debieran existir.
La abogacía es una profesión que damos
muchas satisfacciones a quien la ejerce, pero también hay que decir que en
ocasiones es ingrata y no bien apreciada por la gente, ya que nos dedicamos a
resolver conflictos entre dos partes, y por lo tanto, siempre quedamos mal con
una de las dos partes, y en algunas ocasiones, incluso con las dos partes. A
eso hay que agregar la triste realidad de que hay muchos abogados que son
mentirosos y que piden mucho dinero de manera innecesaria, por lo que, para que
cambie la imagen de los abogados, debemos de ser honestos y transparentes.
En mi caso, como experto, al ser Maestro
en Ciencias Penales, soy requerido con frecuencia para casos muy difíciles,
entre ellos los referentes al crimen organizado, y esto me ha valido que me
hayan etiquetado como parte de este bajo mundo; pero yo, al igual que todos mis
compañeros de oficio, nos dedicamos a defender a quienes piden nuestros
servicios.
EL PRINCIPIO UNIVERSAL DE
INOCENCIA Y LA TORTURA
Es necesario que se aplique en nuestro
país el principio universal de inocencia, es decir, que “toda persona es
inocente hasta que no le demuestre lo contrario”, porque por mucho tiempo se
siguió la máxima en nuestro país de que “la comisión del delito se presume
hasta no haber prueba en contrario”, contraponiéndose esto con el principio
universal citado primeramente.
En cuanto a la tortura, antes era muy
frecuente que se aplicara aquí en nuestro puerto, como en el resto del país,
pero ahora ya es menos frecuente, porque las leyes han cambiado, y ahora la
confesión no es la “prueba reina” como antaño. Por esto, pues, la tortura ha
disminuido, aunque es innegable que los policías siguen aplicándola
principalmente en los casos de violación y secuestro.
PENA DE MUERTE Y
CADENA PERPETUA
Yo creo que en nuestro país las penas
está muy bien, y no ocupan endurecerse, porque ya se han endurecido lo
necesario. En Malasia, por ejemplo, se ejerce un derecho muy inferior al de
nuestro país, porque allá, al igual que todavía en muchos países, se ejerce la
venganza pública, que no da lugar a rehabilitación ni readaptación del
individuo que delinque. De manera que penas como el ahorcamiento están
consideradas dentro del derecho como penas infames, y por lo tanto, indebidas.
En nuestro país se está caminando hacia
la cadena perpetua, que es mejor que la pena de muerte. En el estado de
Chihuahua ya se aplica la cadena perpetua a los secuestradores, y es muy
positivo, porque la pena de muerte no es resarcible, y la cadena perpetua sí.
Es decir que, si alguien es declarado culpable, y con los años aparece la
evidencia de que era inocente, en el primer caso ya no se puede enmendar el
error cometido; pero en el segundo sí.
ABOGADOS DE FIN DE SEMANA
Y UNA CARRERA SATURADA
Las nuevas instalaciones que tenemos en
el CERESO, en Chandiablo, son ya muy anticuadas, y necesitan irse adaptando a
los juicios orales de inmediato, que haya lugar para el público y la prensa,
porque el atraso en que estamos en relación a la mayoría de las entidades del
país, es lamentable.
La carrera de abogado ya está muy
saturada, porque abundan las escuelas, y los egresados no salen bien
preparados, y más en los casos en que las clases sólo se dan los fines de
semana. Esta carrera no es un juego, pues de esta manera –estudiando sólo los
sábados-, estas personas salen sólo sabiendo cobrar.
UNA ANÉCDOTA
CHUSCA
Finalmente, el Lic. Cisneros nos
compartió una anécdota chusca de su larga andadura en el litigar. Recuerda que,
durante el caso de la detención de la tripulación del Córdova con cocaína,
tripulación de la que llevó la defensa, llegaron los agentes de la policía
judicial federal, encabezados por un comandante de la Ciudad de México, quien
formó a los tripulantes del barco, y empezó preguntándole al primero: ¿Usted de
donde es? y él contestó: De Mazatlán. Ah, dijo el comandante- usted es pariente
de El Cochiloco. Y este respondió: No señor, soy de Mazatlán, pero no soy su
pariente, ni lo conozco; en Mazatlán vive mucha gente.
Viendo que no podía sacarle nada al
primero, el inculto e inepto funcionario siguió con el segundo tripulante, y le
espetó en alta voz: Ah, ya lo recuerdo a usted (después de haberle preguntado
el nombre). A usted hace algunos años lo agarraron en un barco atracado en el
mar en la costa de Bolivia, ¿verdad? Y el señalado respondió: Pero, señor, ¿qué
no sabe usted que en Bolivia no hay mar?
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