lunes, 11 de junio de 2012

RECUERDOS DE FOTOGRAFÍA DE DON RABÍ VILLA


Centro histórico

RECUERDOS DE FOTOGRAFÍA
DE DON RABÍ VILLA

Víctor Manuel Martínez

Rabí Villa Escamilla, hoy de 88 años de edad, siendo muy chico dejo su natal Tonila, Jal., para irse a estudiar al Seminario Conciliar de Colima, pero ya desde la niñez y adolescencia venía  a Manzanillo a vacacionar con unos tíos porteños, lo cual empezó a hacer alrededor de 1937, y siguió haciéndolo ya estando en el seminario, durante las vacaciones.

RATAS, ALACRANES Y ENFERMEDADES,
HASTA QUE LLEGÓ EL HOSPITAL CIVIL

Fue en el año de 1942, contando con dieciocho años de edad, y estando en el cuarto año de su escuela, cuando, viendo que le gustaba mucho el puerto, en una de sus tantas visitas decidió ya no regresar, y quedarse a vivir en Manzanillo. De aquellas visitas en los lejanos años treinta recuerda que existían muy pocas calles, que la iglesia de Guadalupe tenía techo de teja, que la población era escasa y con casas en su enorme mayoría de madera, y que siempre había plaga de alacranes y de ratas de gran tamaño.

Mucha gente se enfermaba y el Hospital Civil apenas estaba en construcción. Cuando ya fue terminado, el primer director fue Gustavo Bayardo, hermano de Luis Bayardo que fuera alcalde, y este lo contrató para trabajar en la Farmacia, donde se quedó por muchos años. Se acuerda que la calle Nueva no existía, y aun en el Vigía, el Sector 1, asiento primario de nuestra ciudad, vivía muy poquita gente.

BAÑARSE EN LA PLAYA DEL ROMPEOLAS,
LA DIVERSIÓN DE LOS MANZANILLENSES

La diversión favorita de Rabi, al igual que de la mayoría de los manzanillenses de ese tiempo, era bañarse en el mar, y el lugar favorito para hacerlo era en la playa del Rompeolas, donde iba a echarse clavados. La gente se guarecía del sol bajo un guamúchil. Aunque el guamúchil más famoso, se encontraba en La Perlita. Al fondo del paseo del Rompeolas estaba un restaurante y la Standard Oil Company, que era la antecesora de Petróleos de México, es decir, antes de que el sector se privatizara.

Por la calle México, casi toda también de madera, los principales comercios, aparte de la Casa Jaramillo, eran de extranjeros; en el puerto había muchos comerciantes chinos, y en el corazón de esta vialidad principal estaban tres fuertes negocios de japoneses; las tiendas de Yanomé, Ijima y Naitoh, de las cuales sólo permanece la tercera.

EL ARTE DE LA FOTOGRAFÍA,
PERO NO LA DIGITAL

Rabi se inició en la fotografía como hobbie, porque uno de sus hermanos, que vivía en la ciudad de Colima, era fotógrafo profesional, pero su suegro, viendo la calidad de sus trabajos, lo animó a que pusiera un negocio de fotografía comercial. Fue así que aprendió a retocar, lo que es todo un arte, ya poco conocido, que él sigue practicando con maestría, el cual se hace con un lápiz de especial, de una manera muy sueva, para dar un acabado parejo a los matices de la impresión, y luego se saca una impresión para checarlo, y sobre este se hace una última corrección. Este trabajo debe ser muy sutil, para que no se note.

Señala Rabí Villa que la foto digital no es mejor que la tradicional, ya que se borra fácilmente, de manera que para títulos profesionales y trámites escolares, no se acepta. Por eso la gente busca a Rabí, porque sus fotos duran décadas. Nos cuenta que le regalaron una cámara digital, pero no la aceptó; la rechazó amablemente, porque su vieja cámara es mucho mejor.

UNA CÁMARA CON 58 AÑOS, QUE ES UNA VALIOSA
RELIQUIA DE MUSEO EN FUNCIONAMIENTO PERFECTO

La cámara que el usa tiene cincuenta y ocho años, pero funciona como nueva. De vez en cuando le cambia los lentes y los repuestos los venden. Dice que le costó 4 mil pesos, y hoy, como antigüedad, vale 50 mil pesos cuando menos. Le hizo algunas adaptaciones que inventó para hacerla más funcional y cómoda. Es de chasis. Cuando se ocupa hacerle alguna reparación, la hace él mismo.

Como esta tiene varias otras cámaras antiguas, algunas de ellas de madera, y con tripié, todas con más de cincuenta años de vida y funcionando. El revelado, nos dice, se hace igual que siempre, pero con mejores productos. Hay químicos en grano, polvo y líquido, revelador, fijador post revelado el cual se tiene que preparar con conocimiento y mucho cuidado.

Nos dice que tomó muchas fotografías antiguas sobre Manzanillo, y guarda muchas cajas llenas de negativos que nunca ha revelado, ya que estos se pueden guardar por gran cantidad de tiempo.

UN TELÉFONO DE 1906

Tiene otras antigüedades interesantes en su casa, como lo es un teléfono de 1906, que funciona perfectamente. Todo en él es original, a excepción del disco para marcar, que aunque es antiguo también, no es de esa cámara en particular, ya que en ese tiempo los teléfonos generalmente no tenían disco de marcado, pues se levantaba la bocina y se le decía a la operadora en cabina el número al que se quería hablar y ella comunicaba a las personas.

Ese teléfono sus hijos se los regalaron a él y a su esposa cuando cumplieron treinta años de casados, y ya era toda una antigüedad en ese entonces; hoy tienen sesenta y dos años de matrimonio. Recuerda Villa Escamilla que esta forma de comunicación a través de operadora funcionó en Manzanillo hasta los años cincuentas, y que los teléfonos se identificaban sólo por tres números, pues era poca gente la que tenía este servicio, y sobre todo, pocos pobladores los que tenía la ciudad.

UNA CAMPANA DE PORTERO
DE LA ÉPOCA PORFIRISTA

También tiene una vieja campana de bronce, labrada muy artísticamente, de la época porfirista, la cual tenía una cadena unida, que se jalaba y tocaba a manera de un moderno timbre. La cadena se perdió, pero ahí sigue la campana de adorno. Tiene además un león de escultura para pisapapeles, el que posee desde los años cincuentas.

La fotografía de Rabí Villa es un referente en Manzanillo.










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