jueves, 14 de junio de 2012

LAS PRIVACIONES Y SACRIFICIOS DE LOS PRIMEROS ESTUDIANTES PORTEÑOS DE PREPARATORIA Y PROFESIONAL


Centro histórico

LAS PRIVACIONES Y SACRIFICIOS DE LOS PRIMEROS
ESTUDIANTES PORTEÑOS DE PREPARATORIA Y PROFESIONAL

Por Víctor Manuel Martínez

LA ÚNICA SECUNDARIA DEL PUERTO, LA TRES,
TOPE FINAL DE ESTUDIOS EN LA REGIÓN

En los años en que nuestro puerto era todavía chico, poco poblado y poco importante, era muy difícil para los jóvenes acceder a la educación superior, pues en Manzanillo por mucho tiempo no se tuvieron escuelas secundarias, y luego, había una sola, que era la secundaria número 3, que se encontraba en lo que hoy es la escuela primaria Rafael Ramírez.

Querer estudiar más allá de este tope, de este límite, era muy difícil, e implicaba necesariamente, trasladarse, como punto más cercano, a la ciudad de Guadalajara. Esto fue una realidad muy marcante entre 1950 a 1965. Por entonces, sólo los hijos de familias pudientes, que muy pocas de esas había en nuestro Manzanillo, podían salir a estudiar fuera de aquí.

EL DESEO DE TODO SECUNDARIANO PORTEÑO ERA SER PROFESIONISTA, PERO ERA MUY DIFÍCIL DE CONSEGUIR

Las limitaciones económicas hacían que el grueso de los jóvenes tuvieron que dedicarse a ser estibadores, pescadores, lancheros, marineros y comerciantes. Todos los que cursaban la secundaria, abrigaban la secreta esperanza de estudiar algo más, de llegar a ser profesionistas, pero los mismos familiares, conscientes de nuestra situación, les advertían que no se ilusionaran, ya que no tenían la capacidad de sostener los estudios de una carrera.

Para hablar de este tema, platiqué con el Arq. Maximiliano Ley y el Lic. Wenceslao Cisneros Amaya, quienes formaron parte de las primeras generaciones que salieron decididos a volver convertidos en profesionistas. Para poder hacer ese sueño realidad, no solamente había que proponérselo, sino tomar acciones concretas encaminadas a su consecución. Lo primero era desde un año antes de egresar de la secundaria, por lo menos, empezar a juntar dinero para ir a tratar de inscribirse, siempre con la posibilidad de poder ser rechazados.

NECESARIO AHORRAR POR LO MENOS UN AÑO, PARA IR A TRATAR DE INSCRIBIRSE A LA PREPA EN GUADALAJARA

En el caso del hoy Maestro en Ciencias Penales, recuerda que en su generación, donde también hicieron estudios profesionales Jesús Rentería (reconocido abogado magistrado), Manuel Bonilla Ramos (ingeniero), Armando Macías Solano (médico) y José Isabel Magaña (Licenciado en Economía), recuerda que, antes de salir de la secundaria, aquel grupo de amigos se hicieron la promesa que harían hasta lo imposible para proseguir su preparación académica, y ayudando este en la venta del pan en el mercado a su mamá, Clementina Amaya, consiguió reunir la suma de 700 pesos, en un lapso de tres meses, lo cual hoy sería equivalente a 7 mil pesos.

El día señalado para acudir a la Perla Tapatía a tratar de ingresar a la escuela media superior, había dos líneas de autobuses disponibles, la que se consideraba que era la de los ricos, Tres Estrellas de Oro, y la de los pobres, Transportes Sur de Jalisco. Mientras que todos se fueron en una unidad de la primera, más cómoda, Wenceslao se tuvo que ir en la popular.

FILAS DE 500 ASPIRANTES PARA
ENTRAR AL BACHILLERATO

“Como no sabíamos si nos íbamos a quedar, aunque lo anhelábamos, y previamente, con vistas a ello, le habíamos echado muchas ganas al estudio para llegar con buenas calificaciones que nos avalaran, todos nos hicimos los aparecidos con algún familiar residente en aquella ciudad, diciendo que íbamos de visita por unos días. Yo llegué con mi tía Elvira, y descansé lo mejor que pude de lo molido que me sentía del viaje, aunque difícilmente podía dormir de lo emocionado y expectante que me encontraba ante mi posible ingreso a la preparatoria.

Al otro día me fui a las oficinas centrales de la Universidad de Guadalajara, ubicadas en avenida Vallarta, y llevaba mis documentos en una carpeta muy bien sujetos, como si fueran un tesoro, ya que ellos podrían ser mi pasaporte hacia una carrera profesional como era mi sueño. Ahí llegaron también todos mis compañeros provenientes de Manzanillo, y cada uno se fue formando en el lugar que le tocó de acuerdo al momento de su arribo, y a mi tocó ingresar a la fila cuando había como quinientos jóvenes delante de mi. Me fije a cada rato pasaba un empleado de la universidad, que iba revisando los papeles de las personas que estaban formadas, y de pronto esta llegó conmigo y me pidió mis papeles, y yo no los quería soltar, porque temía que se me perdieran.

SER ACEPTADO, TODO UN COMPROMISO DEL
QUE NO SE PODÍA ECHARSE PARA ATRÁS

Los tomó y los revisó en silencio unos momentos, y luego me dijo, usted no debe esta aquí; debe pasarse a aquella fila que está allá; y me la señaló con el índice. Se trataba de una corta fila de unos veinte personas, a lo sumo. Le preguntó que cual era la razón, y me dijo: es que tú traes promedio de nueve. Rápidamente me aceptaron, pero entonces, aunque eso era lo que quería, de repente me entró mucho miedo, porque sabía que había contraído una gran responsabilidad, y ya no me podía echar para atrás. Me tenía que quedar desde ya, y ya no regresé a Manzanillo, avisando a mi familia que tendría que quedarme, porque había sido aceptado”.

Los estudiantes porteños que se iban a estudiar a Guadalajara, sólo venían de vacaciones una o dos veces al año. Generalmente era seguro que vinieran en las vacaciones largas. Pero no podían regresar a cada rato, ya que salía muy caro. Para ahorrar dinero, utilizaban muchas veces el tren, más lento y tardado, pero apto para su situación sacrificada. Cuando se iban de regreso a la capital jalisciense, las familias se quedaban llorando en la terminal.

A VECES SE COMÍA,
Y A VECES NO

Los estudiantes se sentían siempre muy nostálgicos, y en el caso de los porteño, algo muy curioso es que todos extrañaban mucho el mar. El primer año, como no conocían Guadalajara, todos los estudiantes de Manzanillo andaban siempre juntos para todos. En bola iban para todos lados. Estudiar era sinónimo de sacrificio, porque los estudiantes a veces comían, y a veces no. Esa es la razón por la que muchos desistieron de proseguir.

Por ese tiempo, la mayoría de los estudiantes de la Universidad de Guadalajara eran foráneos; no eran originarios del estado de Jalisco, pues la U de G era una universidad regional, que no tenía reticencias para aceptar por igual a jóvenes de cualquier procedencia. La preparatoria duraba dos años, y era tronco común.

LA LEGENDARIA PREPARATORIA DE
JALISCO, HOY ESTATAL NÚMERO UNO

Así todos los de Manzanillo eran compañeros e iban juntos como una familia muy unida, que les recordaba a los que habían dejado en el puerto. La otra universidad, la UAG, la Autónoma de Guadalajara, era para los ricos, y nadie de Manzanillo cursaba estudios ahí. El plantel bachillerato se llamaba Preparatoria de Jalisco, era el único y fue el primero en esa ciudad, el cual hoy se llama Escuela Preparatoria Estatal Número 1.

Una actividad bastante frecuente para los porteños en la ciudad, era la de escribir cartas. Siempre estaban escribiendo cartas. Lo mismo para los familiares que para las novias. Era una actividad muy melancólica, y no era raro que quedaran mojadas por las lágrimas, motivadas por los recuerdos que les traía el pensar en su gente.

CAMINANDO GRANDES DISTANCIAS A PIE, POR
FALTA DE DINERO PARA PASAJES DE CAMIÓN

Contrario a su terruño en la costa, Guadalajara ya desde entonces era una ciudad muy grande, la segunda más grande del país, y era un shock para los jóvenes enfrentarse a diario a ella. Tenían que aprender muchas cosas todos los días. Como el dinero escaseaba, muchas veces no les alcanzaba para pagar los camiones, y tenían que recorrer distancias enormes a pie.

La distancia hacía muy difícil que los hermanos, papás, abuelos y tíos poca oportunidad tuvieron de irlos a visitar, pero, en cuanto podían, lo hacían. Esto pasaba muy, pero muy de vez en cuando, y era una gran alegría para los estudiantes, que no perdían oportunidad de presentarlos muy orgullosos a todos sus nuevos amigos en la capital mundial del mariachi.

GRANDES SACRIFICIOS HICIERON
A EXCELENTES PROFESIONISTAS

Los viajes entre Manzanillo y Guadalajara por aquella carretera vieja eran ya de por sí motivo de preocupación por los frecuentes accidentes, ya que se trataba de una carretera angosta y tortuosa, con defectos de origen en los declives de las múltiples curvas, y con el paso de La Salada que ponía nerviosos a todos los pasajeros, ya que se transitaba a vuelta de rueda, porque era una vía muy transitaba tanto por unidades particulares como por autobuses y vehículos pesados de gran tamaño, además de estar flanqueada por enormes voladeros.

Sin embargo, todos coinciden en que, el hecho de pasar tantas privaciones y sacrificios, hicieron que le echaran más ganas a los estudios, le pusieran más esfuerzo y les tuvieran más amor. Por eso, todos aquellos primeros profesionistas manzanillenses, han sido gente muy destacada en las profesiones que eligieron.





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